Espacio de Co-Visión
La supervisión clásica de casos supone la exposición de procesos de atención para la mirada experimentada de otro colega para revisar, evaluar y aconsejar sobre los pasos a seguir en la intervención. Esta supervisión posee, desde la bibliografía existente funciones específicas y distintos modelos.
Esto nos habla de que existe otro, el supervisor, que tiene no solo la experiencia, sino también la capacidad y la idoneidad para encaminar la práctica del terapeuta u orientador en el caso expuesto. Pero como dice Alicia Moreno “Quizás con el paso del tiempo y el uso, se vayan poniendo otros términos ”(pág.440).
La covisión de casos, también conocida como “supervisión colaborativa”, surge como una metodología en el ámbito de la psicoterapia y las profesiones de ayuda como la orientación familiar, orientadas a proporcionar un espacio de apoyo y reflexión para los profesionales. Este enfoque se caracteriza por la revisión de casos en grupo o en pares, permitiendo la observación mutua, la retroalimentación y el análisis conjunto, lo cual favorece un desarrollo profesional continuo.
La idea de la covisión no se atribuye a una única persona o grupo específico, sino que evolucionó a partir de la supervisión tradicional y fue influenciada por varias corrientes psicológicas y filosóficas que abogan por la colaboración y el aprendizaje compartido. Autores contemporáneos, sobre todo en el contexto de la terapia familiar y el trabajo social, promovieron estas prácticas. Equipos como EDUVIC, conformados para el acompañamiento a familias, infancias y adolescencias, han implementado esta visión para llevar adelante intervenciones efectivas, promoviendo el crecimiento de sus equipos.
El espacio, en su forma actual, refleja la influencia de teorías de sistemas y enfoques relacionales que buscan descentrar la figura del experto único y dar espacio a una perspectiva más colaborativa y compartida entre pares.
Este espacio está pensado, junto a otros espacios, para proveer a los profesionales de ámbitos de desarrollo y cuidado profesional y personal. Creemos que la interacción de los profesionales provee de una sinergia que llama a la reflexión donde la teoría es entendida en la práctica, se generan interrogantes que expanden la creatividad y se abre la posibilidad de generar y/o actualizar técnicas y herramientas de intervención que sean propias de la orientación familiar.
La EAOF busca crear o construir ámbitos para orientadores familiares de parte orientadores familiares con el objetivo de forjar nuestra propia identidad. La profesionalización de nuestra labor reclama e interpela a los orientadores a la actualización y reinvención de herramientas, estrategias y recursos que los posibiliten a trabajar dentro de nuestros alcances profesionales de una manera nueva, teniendo en cuenta los cambios de paradigma, pero sin perder la esencia. Es decir, se estará haciendo foco en lo importante que es trabajar con los vínculos y relaciones familiares que es el mapa que debemos cartografiar. La familia es el núcleo principal de la sociedad ya que de ella depende el capital humano que la conforman y por esto debemos velar por su salud.
Para finalizar, es importante tener en cuenta que ya el DSM-5 posee un capítulo donde expresa:
“Las afecciones clínicas y problemas que se citan en este capítulo no son trastornos mentales. Se incluyen en el DSM-5 para llamar la atención sobre la diversidad de problemas adicionales que se pueden encontrar en la práctica clínica rutinaria y para ofrecer un listado sistemático que sirva a los clínicos para documentarlas”.
En él se problematizan las distintas relaciones que afectan al crecimiento y desarrollo de la persona. Y nos parece pertinente citar. Las relaciones fundamentales, en especial las relaciones íntimas entre
parejas adultas y las relaciones padre/cuidador y niño o similares tienen un impacto significativo sobre la salud de los individuos que las protagonizan. Estas relaciones pueden tener efectos en la promoción y protección de la salud, ser neutras o tener resultados perjudiciales en la salud. En casos extremos estas relaciones íntimas pueden ir acompañadas de maltrato o abandono, lo que tendrá consecuencias médicas y psicológicas significativas para el individuo afectado.
Un problema de tipo relacional puede llamar la atención clínica por ser el motivo de la visita del individuo o por ser un problema que afecte al curso, pronóstico o tratamiento del trastorno mental o médico del individuo.” DSM-5”
¿Qué es la covisión?
Es un espacio de intercambio, integrado por colegas, en el que se realiza una mirada y una reflexión grupal del caso abordado en cada encuentro.
La covisión se aleja de la supervisión que es llevada adelante por un profesional con mayor experiencia y conocimientos teóricos, lo que supone una relación asimétrica entre supervisado y supervisor, para acercarnos a la experiencia de intercambio, reflexión y análisis entre colegas. La covisión proporciona a los profesionales un espacio simétrico que posibilita el diálogo disciplinar en donde las herramientas y recursos propios de cada uno son puestos en común para arribar a una intervención reflexiva.
Todo esto conlleva a considerar a la covisión como un espacio que aporta herramientas de crecimiento y desarrollo profesional. Además, brinda orientación en la práctica a través de la retroalimentación fomentada y acompañada. Este diálogo permite que los Orientadores mejoren sus habilidades, incorporen nuevas herramientas o refuercen conocimientos teóricos. De la misma manera, permite generar una reflexión sobre sí mismo y sus prácticas.
Características del espacio de covisión:
La covisión posee un enfoque colaborativo donde los pares se supervisan mutuamente, lo que fomenta la colaboración, el apoyo y el intercambio de conocimientos. Este trabajo en conjunto, de los OF, proporciona retroalimentación que posibilita la obtención de múltiples perspectivas y enriquece la comprensión del o los casos abordados.
De esta manera, el espacio no solo posibilita al expositor a encontrar respuestas a sus dudas sobre la práctica clínica que está llevando adelante, sino también a relacionar la teoría con la práctica, a él y a todos los participantes. Es decir, que el espacio es parte fundamental del desarrollo profesional de los OF ya que además los interpela a reflexionar lo que es esencial para mantener una práctica efectiva y ética.